abril 18, 2009

El sistema poético

Un sistema poético del mundo puede reemplazar a la religión, se constituye en religión...Si la metáfora como fragmento y la imagen como incesante evaporación logran establecer las coordenadas entre su absurdo y su gravitación, tendríamos el nuevo sistema poético, es decir, la más segura marcha hacia la religiosidad de un cuerpo que se restituye y se abandona a su misterio. El que logre disolver, decía un experimentalista como el Canciller Bacon, que no podía olvidar la alquimia, la mirra en la sangre, vencerá al tiempo. Si la poesía logra disolver la mirra, es decir, la alabanza, en la circunstancialidad de la sangre, el espíritu renacerá de nuevo en la alegría creada.


José Lezama Lima

abril 07, 2009

Yo ya sabia

Como un ala perdida
-era la noche intensa por mil voces herida-
apareciste ¡ya yo sabía que alguna noche
se rompería el ala sobre la frente herida.¿

En la mañana
-idéntico rebrillar en el oro tendido,-
tu cabellera era pura mañana,
en el hondo temblor de las luces.
¿Hay espejo que copie cabellera
teñida por el oro de la mañana, chorro de mañana?

Me empapé de ti,
todo envuelto en el aro
de tu oro dúctil
-oro y brazalete-. Todo
era oro en la pura mañana.

¡Ya yo sabía que alguna noche
se rompería el ala sobre la frente herida!

José Lezama Lima

abril 06, 2009

La Sombra


Ya por cambiar de piel o por tenerla
nos acogemos a lo oscuro,
que nos viste de sombra
la carne desollada.

En los ojos abiertos
cae la sombra y luego son los ojos
los que en la sombra caen
y es unos ojos líquidos la sombra.

¡En esos ojos anegarse,
no ser sino esos ojos
que no ven, que acarician
como las olas si son alas,
como las alas si son labios!

Pero los ojos de la sombra
en nuestros ojos se endurecen
y arañemos el muro o resbalemos
por la roca, la sombra nos rechaza:
en esa piedra no hay olvido.

Nos vamos hacia dentro, túnel negro.
“Muros de cal. Zumba la luz abeja
entre el verdor caliente y ya caído
de las yerbas. Higuera maternal:
la cicatriz del tronco, entre las hojas,
era una boca hambrienta, femenina,
viva en la primavera. Al mediodía
era dulce trepar entre las ramas
y en el verde vacío suspendido
en un higo comer el sol, ya negro.”

Nada fue ayer, nada mañana,
todo es presente, todo está presente,
y cae y no sabemos en qué pozos,
ni si detrás de ese sinfín
aguarda Dios, o el Diablo,
o simplemente Nadie.

Huimos a la luz que no nos miente
y en un papel cualquiera
escribimos palabras sin respuesta.
Y enrojecen a veces
las líneas azules, y nos duelen.

Octavio Paz